Sobre cosas de tiranos

SOBRE COSAS DE TIRANOS
Escribe Carlos Amador Marchant

Me ocurren cosas extrañas y debo decirlo. Cosas extrañas que aparecen de vez en vez y que tienen que ver con el mundo en que nos desplazamos.
La historia tiene su rasguño en la gente y los que conducen la historia parece que en nada se atemorizan.
Los tiranos en nuestro país, por decir algo, siempre han vivido hasta la edad de lo inimaginable. En otras naciones, a veces, parece ser distinto.
No quiero nombrar a mis tiranos porque sería seguir inmortalizándolos. Quiero que queden en sus lápidas y que sus cuerpos se pudran y den pan a los gusanos.
Sólo debo decir, pobres gusanos..comerán esas carnes que sólo deben ser comidas, precisamente, por gusanos.
Hoy 22 de septiembre de 2007, lamentablemente debo nombrarlo, el tirano, el que apareció un día cualquiera en Perú con cara de santo, con cara de no reventar un globo. El mismísimo Alberto Fujimori, fue extraditado a Perú.
La pregunta es qué pasará ahora.
Por lo pronto, de acuerdo a las informaciones que todos han recopilado, la gran mayoría de los peruanos han salido a las calles a celebrar la buena nueva.
Esa buena nueva que hace una década no se percibía, porque el japonés supo ganarse en un momento al pueblo del Rimac, hoy en día ha cambiado. Todos saben de las corrupciones y de los maltratos a los seres humanos, es decir encarcelamientos, torturas y demases.
Me confunde la mentalidad de estos tiranos sabelotodos. ¿Cómo llegar a Chile a mostrarse después de haber dejado la cagada en su país?, de haber encarcelado a inocentes y torturado a personas que nada tenían que ver con estúpidas visiones de siglos pasados.
Paseándose en Chile y moviendo sus manos y mostrando sus dientes fétidos.
Acaso pensó que en nuestro país, aunque existe corrupción de poderes poderosos, podrían protegerlo?
Nuestro último tirano pensó lo mismo de Inglaterra, cuando viajó a operarse. No fue así y casi le cuesta la encarcelación. Pero lo protegió la democracia chilena, la pactada y que al final le permitió vivir hasta sus últimos años de vida.
Horror.
Estoy pensando en lo que le espera a Fujimori.
Pero no quiero pensar en la cárcel peruana. Más bien quiero pensar en que es verdad que el asesino siempre llega al lugar del crimen. Y él lo hizo, sin querer queriendo.
Nuestro último tirano en Chile, es curioso que aún existan cientos que lo quieran, después de saber que robó millones de dólares y torturó con los antecedentes que existen en cientos de libros, nunca llegó o volvió al lugar de los crímenes..más bien se rió…este es un demonio de los demonios que nunca más, ojalá, vuelvan a renacer en Chile.
En otras crónicas, en otras que ya no recuerdo, dije que nuestro país es un país enfermo, donde se perdona lo imperdonable. Sé que no es así en otros lugares incluso menos desarrollados que el nuestro.
No sólo celebro que se haga justicia, sino más bien que las culpas se paguen en vida.
Porque hay muchos inocentes que viven las cárceles del mundo. Y porque muchas veces, por qué no decirlo, los hijos de Satanás viven más allá de Dios.