




Efraín Barquero lanza sus últimos misiles para no ser olvidado
Barquero y Hahn ¿Quién será el Premio Nacional de Literatura 2008?
Por Carlos Amador Marchant
Estamos en el año 2008 y nuevamente comienza la batalla y las dudas por el Premio Nacional de Literatura en Chile, correspondiente a Poesía. ¿Quién será el ganador?, es la pregunta que muchos se hacen y que en distintas páginas web se han venido estampando como pequeñas encuestas que, si no dan un reflejo general por los escasos votantes, por lo menos da la tendencia y he aquí lo trascendente. De varios postulantes que circulan, entre ellos Delia Domínguez, Pedro Lastra, Jaime Valdivieso, Claudio Bertoni, los que van a carrera de caballo son los nombres de Efraín Barquero (por tercera vez) y Oscar Hahn. También se ha hablado de la postulación de Omar Lara.
En la encuesta que expongo en mi blog y que titulo “Chile es un país de postergaciones, pero ¿quién será el Premio Nacional de Literatura 2008?”, si bien en un mes sólo han botado doce personas, el primer lugar lo lleva Barquero.
Sin embargo, y esto hay que expresarlo con todas sus señas, Chile desde el año 1942 con Augusto D’Halmar hasta 1974, otorgaba estos galardones cada año, transformándose luego en bianual, lo que conlleva a la conclusión que, al ser separados entre poesía y narrativa, cada uno de los candidatos debe esperar cuatro años para poder aspirar a este premio. ¿Se podría decir que es esta la razón por la cual quedan muchos excluidos?. Puede ser una de las razones, aunque en el global del asunto, me inclino a pensar que nuestro país deja morir a sus grandes hombres sin poner atajo a esta suerte de indiferencia.
El caso de Efraín Barquero es preocupante si logramos situarnos, precisamente, en el tema de las exclusiones, ya que desde el 2000, cuando ganó este premio Raúl Zurita, hasta la fecha han transcurrido ocho años. En el 2004 también apareció su nombre como virtual ganador, pero sin embargo, el galardón fue para Armando Uribe Arce.
Si bien es cierto al paso de las décadas son muchos los escritores y poetas postergados, más aun si analizamos los premios entregados en el período dictatorial en Chile, de la generación del 50 han muerto varios poetas de fuste: Linh, Teillier, por nombrar algunos.
Si analizamos este esquema, podemos decir que a Barquero le correspondía ganar el Nacional el año 1996, momento en que habían fallecido los otros dos grandes poetas. Sin embargo, ese año el galardón fue entregado a Miguel Arteche. Este es un caso más que extraño. El 2000, siendo jurado Arteche por derecho propio tras haber sido el anterior ganador, y siendo además de la misma generación de Barquero, no se inclina la balanza hacia éste y logra triunfar Raúl Zurita luego de una polémica que muchos argumentaron como de temas y relaciones políticas. ¿Realidad, ficción? No es éste un artículo para entregar juicios sino más bien para depositar ante el lector antecedentes fidedignos de la realidad en estos eventos.
En el 2004, ocurre algo similar, siendo Zurita jurado y también estando Barquero como postulante, la decisión se inclina hacia el poeta Armando Uribe.
Ocho años han transcurrido hasta ahora y, de acuerdo a lo que hemos visto en la prensa nacional, se nos viene con todo Oscar Hahn, quien ha logrado ser apoyado por cuatro Premios Cervantes. Sin duda se trata de un excelente poeta que viene trabajando su obra desde mucho tiempo. De ser elegido sería uno de los primeros poetas del norte, de Iquique, que logra este reconocimiento. Por esta razón, la Universidad de Tarapacá de Arica, que es fusión de las ex universidades del Norte y de Chile, lugar esta última donde se desempeñó Hahn, está apoyando esta causa.
Sin dejar de aplaudir el buen cometido y que se premie la buena poesía, Efraín Barquero no debe quedar olvidado. Se trata de un poeta de larga trayectoria que hoy ha debido elegir Francia para vivir tras estos fallidos intentos, y quien ha dejado un excelente legado en la Generación del 50. No es mucha la edad que los separa a ambos. Barquero bordea los 77 años mientras que Hahn ya alcanza los 70.
Recuerdo en jornadas pasadas haber estado en la misma situación de hoy, específicamente en el 2000, viendo qué pasaba con el poeta que fue ayudado por Neruda en la etapa en que se veía como el seguidor del Nobel. Lo que leerán a continuación es parte del ensayo “Barquero en el Puerto”, libro premiado por el Gobierno Regional de Valparaíso año 2002 y que está relacionado con la conversación que tuve con el poeta tras no otorgársele el premio del año 2000:
“Me encontraba el domingo 27 de agosto del 2000 realizando un programa radial en una emisora comunitaria de Valparaíso. Entre los diversos temas abordados en espacios pasados, entrevistas a artistas de la zona y reseñas culturales, estaba aún latente el Premio Nacional de Literatura correspondiente al género poesía. En programas anteriores había realizado una serie de encuestas y entrevistas a escritores de la Quinta Región, quienes se refirieron a los posibles ganadores. Entre gustos diversos, la poética de Efraín Barquero aventajaba a otros nombres que se daban como candidatos. Recordando un poco esas etapas, debo expresar que en varios programas nos aventuramos a dar como seguro ganador de este galardón a nuestro poeta.
Como ya lo expresara anteriormente, queda grabada en la mente de quienes nos preciamos de conocer la buena poesía, la apatía en que incurre nuestro país, al dejar marginados a sus máximos representantes de la palabra. Si revisamos nuestra historia en cuanto a estos premios nos podemos dar cuenta de los incontables errores cometidos.
En puestas al aire posteriores demuestro cierto malestar por la resolución de no otorgársele el galardón.
Analizo más adelante que, con esta decisión, se dejaba abajo a uno de los más importantes representantes de la llamada Generación del 50. Antes, ya habían fallecido otros exponentes en la misma situación: Enrique Lihn y Jorge Teillier.
Entonces, percibo que no hay en nuestro país un ordenamiento generacional y, además, por qué no decirlo, de calidad.
Cabe hacer notar que el espíritu por el cual fue creado el Premio Nacional de Literatura, que correspondió como idea al Presidente Pedro Aguirre Cerda y que fue concretada por el otro mandatario Juan Antonio Ríos, en el año 1942, era premiar a los escritores por la obra realizada “durante toda su vida”.
Efraín Barquero, en la década del sesenta fue señalado como uno de los artistas más poderosos que tendría Chile al paso de los años. Si pensamos que el exilio lo dejó fuera de camino, tendríamos que afirmar que hay que estar dentro de esta larga y extensa faja para aspirar a algo”.
Me atrevo a decir que si este año no reconocen a Barquero, Chile se “farrea” la posibilidad de premiar a alguien que se lo merecía hace mucho tiempo. Que no es un hombre que le gusta mostrarse, que no le gusta estar en las grandes farándulas, que tal vez no es la imagen que políticos o instituciones de poder quieren para estos efectos, eso no interesa. Lo que importa es que Chile debe reconocer a sus grandes hombres y ojalá no hacer “ensaladas” generacionales que sólo culminan con la marginación de muchos escritores y poetas al paso del tiempo.