lunes, 25 de febrero de 2013

EL NUEVO SIGLO Y LOS TIEMPOS DIFÍCILES PARA LA RAZA HUMANA




Obra pictórica denominada "Rezando en la puerta" (técnica mixta), de la pintora chilena (Valparaíso), Luisa Ayala Pinochet

Escribe Carlos Amador Marchant

El siglo veinte aún estira sus manos para poder agarrarse de un suspiro. Siglo intenso, extenso, donde hombres y mujeres sufrieron y dejaron, sobre piedras, testimonios conmovedores. Enumerar revoluciones, guerras fraticidas, dictaduras, hambrunas, persecuciones, es poner otra puntada sobre un pantalón extremadamente cosido.
Pero no todo fue así. También hubo momentos de mucha reflexión y se levantaron movimientos, ideales pacifistas que marcaron a muchos humanos, pero que a la larga, fueron muriendo como muere todo lo que se levanta sobre tierra.
Trece años (al momento de esta crónica) han pasado de este siglo veintiuno. Casi al finalizar el veinte, comienzan los computadores a adueñarse de los territorios, de las casas. Hoy, invaden cada espacio, hasta los más minúsculos y el Internet es manejado hasta en  celulares. Es decir, todo avanzó rápido, como tsunami, y nadie se salvó de esta expansión.
El mismo tema de las comunicaciones sirvió, además, para observar la arremetida de una serie de informaciones que muchas veces eran secretas. Miles y miles de textos, de literatura, que antes sólo la percibíamos en ciencia ficción, ahora nos tratan de demostrar que en la existencia humana perviven, comparten, otros seres, que la tierra no es cuadrada, que más que redonda ahora es hueca, que existen los interplanetarios, que las culturas primigenias no hicieron nada o casi nada, es decir que el hombre no hizo nada, sino que fueron ayudados por seres de tecnologías más avanzadas. Lo que nos enseñaron en los colegios, por dar sólo un ejemplo común, sobre los egipcios, jamás pudieron levantar esas moles (pirámides), etc.
Por otra parte el siglo veintiuno también nos trajo la expansión económica, la llamada economía única, donde todos se dan sablazos y acá el que muere, muere. Unido a esto, los grandes centros comerciales comenzaron a acostumbrar a la gente al consumismo, y las deudas per cápita se elevan a cifras abismáticas.
La tecnología se adueña del mundo, pero la cesantía le sigue atrás. Miles y miles de hombres ven que sus reservas económicas caen y son aplastadas en hambrunas. Los países se enredan en economías malsanas, juegan con el dinero de los impuestos, y algunos de éstos ven con desesperación que caen al desastre, al caos. La privatización de las reservas del mundo se sumergen en manos inescrupulosas, y mientras la gran masa de ciudadanos protesta, los que ostentan los poderes hacen lo que se les viene en gana. Es decir, si bien el hombre siempre pasó por mismas etapas de subyugo, es decir, del más poderoso que aplasta al más débil, esto en el siglo veintiuno se ha agigantado por el gran volumen de población y por la ya avanzada tecnología.
Frente a todo este panorama, el pasado año 2012, fue el que estuvo en la mira de todos los seres de la Tierra. Comenzó a hablarse de cambios en el devenir del hombre. La Profecía Maya entró en las casas, aunque al comienzo en forma tímida. Se habló del término del calendario y de la llegada de una nueva dimensión, donde el hombre comenzaría a cambiar su idiosincrasia, donde la barbarie sería apaleada para dar fuerza y paso al hombre nuevo, al que caminaría con rostro distinto, con mente diferente, donde el amor florecería y el dinero pasaría a segundo plano. Mientras pasaba esto muchas economías en el mundo comenzaban a ser aplastadas. Pero ahora el panorama es el mismo. La poeta de República Dominicana, radicada en España, Rosa Silverio, dice al respecto: “Sí, hay cambios, pero desgraciadamente algunas cosas han empeorado; otras en cambio han ido mejorando, como por ejemplo la apertura de algunos países a otras culturas, efecto de la globalización. En sentido general creo que hay una sensación de desesperanza en países como España por la crisis económica y lo peor es que no vemos una solución ni a corto ni a mediano plazo”.
Pero la profecía seguía su camino, y de la timidez pasó a cobrar opiniones en las calles. La gente no tardó en repetir algunas cosas que veía en videos y que llegaban de agencias de dudoso sello. Incluso ciertos personajes de la vida y el pensamiento profundo estamparon fechas concretas para esta especie de fin de mundo. Muchos se creyeron identificar con la información que recibían y se apilaron de velas para soportar cuatro días de oscuridad, y fueron a los supermercados a buscar algunos víveres. Empezó una especie de psicosis. La construcción de búnker cobró vigencia, y muchos se vieron salvados de tan terrible pesadilla. Los Mayas estaban latiendo, se apoderaban del mundo de nuevo.
Antes del día señalado del mes de diciembre de 2012, hasta apareció alguien que dijo que sobre el cielo se establecería un gran platillo volador, por donde bajarían seres extraños. Lo concreto es que el hombre iba a cambiar, que las maldades se extirparían, y que, al mismo tiempo, estos hombres malvados que siempre han existido en el planeta, se irían a otra dimensión.
Parecía que todo estaba cuadrando, pero algo hacía prever que había cierta insuficiencia en los dichos. Algo no cuadraba, porque los ríos seguían corriendo como siempre, y el océano, salvo con ciertos fenómenos, se mantenía calmo.
Cada ser humano en ese momento se interrogó: ¿seré bueno, o será malo?. Es decir, nadie se preciaba de tal.
Aunque hay cierto espacio de certeza en cuanto a que los tiempos han estado cambiando, el planeta, el clima; todo lo que se anunciaba me parecía muy presuroso. Es probable que el hombre cambie algún día, o tal vez se destruya, que es lo que más se acerca a la realidad, pero de la manera en que se estaba anunciando, no cuadraba.
El hombre ha hecho mucho daño al hombre, a la tierra, y de eso no hay dudas. La pintora santiaguina (Chile), Nora Schkolnik, sintetiza sobre el tema: “Más macabro no puede ser la historia del hombre…ya no podemos ser peores de lo que hemos sido. Es la hora de SER !!!con el alma !!!. Por su parte, la pintora de Valparaíso (Chile), Luisa Ayala Pinochet, señaló: “Todo es como siempre, sólo que la tecnología ha hecho que muchas cosas sean diferentes, pero el ser humano seguirá siendo el mismo en cuanto a sentimientos; amor, envidia. Siempre será lo mismo, lo que cambia es el paisaje, la tecnología…No creo que el ser humano cambie mucho.”
Lo real de este cuento es que día a día vemos muchas cosas diferentes. Muchos terremotos, tsunamis, derretimiento de hielos en los polos, contaminaciones, derrumbamiento de economías, cesantía, hambruna. Y este escenario expone que estamos frente a un panorama complicado, que nuevos tiempos se avecinan, que estos cambios se empiezan a ver en las diferencias climáticas, y que el hombre tiene participación en ambos temas, es decir, tanto en la economía y sus atrofias, como en la destrucción del planeta. 



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Comentarios selectos sobre el material de este blog.

Sobre ballenas y un libro Estimado amigo Carlos Amador Marchant: agradezco emocionado la mención que haces de mi novela en tu bella y emocionante crónica. Un fuerte abrazo desde España. Luis Sepúlveda(escritor) 24 de julio de 2010 15:03 ........................................................ Sobre ballenas y un libro Estimado Carlos: Gracias una vez más, por cierto, tu blog es uno de los pocos que merecen llamarse literarios. Es sencillamente muy bueno y tus crónicas son estupendas. ¿Las tienes reunidas en un libro de crónicas? Es un género que se pierde con el tiempo. Un fuerte abrazo desde Gijón, Asturias Luis Sepúlveda (escritor) 26-07-2010 ........................................................ Crónica "Dame de beber con tus zapatos". Luis Sepúlveda (escritor) dijo... Querido amigo, como siempre disfruto y me maravillo con tus crónicas. ¿Para cuando un libro? un abrazo Lucho (Gijón-España) 10 de julio de 2011 15:25 .................................................... Sobre Ballenas y un libro Fuertes imágenes de una historia y una matanza, y de un lugar, que sobrecogen. Con pocos elementos, pero muy contundentes, logras transmitir una sensación de horror y asco que no se olvidan. He estado en Quintay varias veces, y sé lo que se siente al recorrer las ruinas de la factoría; mientras uno se imagina los cientos de ballenas muertas infladas, flotando en la ensenada, en espera del momento de su descuartizamiento, antes de ser hervidas en calderos gigantescos e infernales, para extraer el aceite y el ámbar, tan apetecidos por la industria cosmética en el siglo XX , así como lo fue (el aceite) para el alumbrado callejero en el siglo XIX... Crónica muy bien lograda. Un abrazo. Camilo Taufic Santiago de Chile. 27-07-2010 ........................................................ Sobre "Los caballos y otros animales junto al hombre" Tus asnos, caballos, burros y vacas son otra cosa, por cierto, tan cercanos al hombre, tan del hombre. Te adjunto una vieja fotografía de dos palominos que tomé en las montañas de Apalachia, en Carolina del Norte, allá por el año 1983. Encuentro interesante y muy amena la manera en que hilvanas tus textos, siempre uniendo al tema alguna faceta literaria o cultural (en este caso, Delia del Carril, Virginia Vidal, Nemesio Antúnez, Santos Chavez). Hace tiempo te dije que no desistieras de tus crónicas, que van a quedar, y mis palabras fueron corroboradas recientemente por Lucho Sepúlveda cuando él te escribió a propósito de tu artículo Sobre ballenas y un libro: "Estimado Carlos: (...) Tu blog es uno de los pocos que merecen llamarse literarios. Es sencillamente muy bueno y tus crónicas son estupendas. ¿Las tienes reunida en un libro de crónicas? Es un género que se pierde con el tiempo. Un fuerte abrazo desde Gijón, Asturias. Lucho". Y eso digo yo también, que tus crónicas son estupendas. Te escribe desde Benalmádena, Málaga. Oliver Welden (poeta) 21 de agosto de 2010 ...................................................... Sobre "El corcoveo de los apellidos..." ¡Notable, muy bueno! Escribir sobre la configuración de su nombre, con esa transparencia en el decir es algo que se agradece, precisamente en un pequeño universo donde lo que más pareciera importar es "el nombre". Además, esas referencias a los escritores nortinos siempre son bienvenidas, pareciera que no siempre ellas abundan en la crónica y crítica nacional. Ernesto Guajardo (Valparaíso-15 noviembre-2010)

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