jueves, 15 de julio de 2010

Poemas al hombre que se fue de la Tierra


Mi padre, Amador Marchant Montenegro, falleció el 7 de julio de 2010. Fue sastre hidalgo. Luchador por la vida. Hay unos poemas para él que están insertos en mi libro "Hijo de sastre". No es lo único,por cierto, que escribiré sobre él; me atrevo a decir que acá comienza toda una nueva escritura. Lo despedí en Iquique y hablé frente a los presentes en su entierro. Pedí, finalmente, aplausos por su vida, una vida casi de novela. Nació en Valparaíso, pero amó el desierto salitrero. Esta foto fue sacada en los momentos que me trasladaba por la pampa en búsqueda de su cuerpo. Quiero, quise, compartir estos poemas con ustedes.

SASTRERÍA
(a mi padre Amador Marchant Montenegro)

Detrás de esa casa oscura
está la sastrería. No hay ruidos
no hay voz, sólo olor
a tela remojada. Parece todo invierno
ese sitio.
Los hilos que cuelgan
son estacas silenciosas.
Al fondo muy al fondo
el sastre medita.
Sobre su esqueleto se pierde
una tarde.

Esa sastrería parece plaza despoblada.
Parece un pan escondido.
Para ubicarla hay que rastrear
letreros apagados letreros
que nunca llaman
a alguien.

II
El sastre está escondido. Lo recuerdo
sentado sobre una silla de madera. Allí está
rodeado de telas, planchas de hierro, ternos que cuelgan
como hombres ahorcados.

Está el sastre al centro de la pieza. Lo veo difuso.
Atrás estoy yo
sin haber nacido.

III
Esa sastrería era pequeña. Pero al fondo
el patio albergaba animales.
Todas las gallinas se confundían con los patos, los conejos
abrían cuevas en rincones.
Por años me entretuve
mirando ese espectáculo. Conté huevos,
descifré crías.

La sastrería estaba afuera. Y afuera
en cambio todo era silencio. El sastre se situaba
como estatua de hielo. Su voz emergía
detrás de mesones.
Yo estaba
frente a él siempre en cuclillas, siempre aportando
desconcierto, siempre
hablando
de reojo.

IV

La coraza del sastre fue su frente.
En cambio yo floté como tronco en los ríos.
Dije vida y me acecharon los derrumbes.
Dije vuelo y todas mis alas se averiaron.


V
El oficio del sastre fue quedar
roto en la noche. Quedar muerto
sobre la cabecera de una cama.


Porque aquella sastrería era húmeda como orilla de océano.
De vez en cuando
aparecía yo jugando en esa foto triste
en la maleza de los días.

Por eso soy cabizbajo cuando hablo.
Por eso esta luna gris se desplaza por mis hombros.

Foto con historia



Carlos Amador Marchant en 1983 (27 años), cuando fundaba la Revista Internacional de Poesía "Extramuros" y daba rienda suelta a la porfía literaria del norte de Chile. Diez números alcanzó la publicación al momento de ser pisoteada por los militares de la dictadura; diez números que sirvieron para promover a las nuevas generaciones de ese tiempo.(La foto es una recopilación de los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile)

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Comentarios selectos sobre el material de este blog.

Sobre ballenas y un libro Estimado amigo Carlos Amador Marchant: agradezco emocionado la mención que haces de mi novela en tu bella y emocionante crónica. Un fuerte abrazo desde España. Luis Sepúlveda(escritor) 24 de julio de 2010 15:03 ........................................................ Sobre ballenas y un libro Estimado Carlos: Gracias una vez más, por cierto, tu blog es uno de los pocos que merecen llamarse literarios. Es sencillamente muy bueno y tus crónicas son estupendas. ¿Las tienes reunidas en un libro de crónicas? Es un género que se pierde con el tiempo. Un fuerte abrazo desde Gijón, Asturias Luis Sepúlveda (escritor) 26-07-2010 ........................................................ Crónica "Dame de beber con tus zapatos". Luis Sepúlveda (escritor) dijo... Querido amigo, como siempre disfruto y me maravillo con tus crónicas. ¿Para cuando un libro? un abrazo Lucho (Gijón-España) 10 de julio de 2011 15:25 .................................................... Sobre Ballenas y un libro Fuertes imágenes de una historia y una matanza, y de un lugar, que sobrecogen. Con pocos elementos, pero muy contundentes, logras transmitir una sensación de horror y asco que no se olvidan. He estado en Quintay varias veces, y sé lo que se siente al recorrer las ruinas de la factoría; mientras uno se imagina los cientos de ballenas muertas infladas, flotando en la ensenada, en espera del momento de su descuartizamiento, antes de ser hervidas en calderos gigantescos e infernales, para extraer el aceite y el ámbar, tan apetecidos por la industria cosmética en el siglo XX , así como lo fue (el aceite) para el alumbrado callejero en el siglo XIX... Crónica muy bien lograda. Un abrazo. Camilo Taufic Santiago de Chile. 27-07-2010 ........................................................ Sobre "Los caballos y otros animales junto al hombre" Tus asnos, caballos, burros y vacas son otra cosa, por cierto, tan cercanos al hombre, tan del hombre. Te adjunto una vieja fotografía de dos palominos que tomé en las montañas de Apalachia, en Carolina del Norte, allá por el año 1983. Encuentro interesante y muy amena la manera en que hilvanas tus textos, siempre uniendo al tema alguna faceta literaria o cultural (en este caso, Delia del Carril, Virginia Vidal, Nemesio Antúnez, Santos Chavez). Hace tiempo te dije que no desistieras de tus crónicas, que van a quedar, y mis palabras fueron corroboradas recientemente por Lucho Sepúlveda cuando él te escribió a propósito de tu artículo Sobre ballenas y un libro: "Estimado Carlos: (...) Tu blog es uno de los pocos que merecen llamarse literarios. Es sencillamente muy bueno y tus crónicas son estupendas. ¿Las tienes reunida en un libro de crónicas? Es un género que se pierde con el tiempo. Un fuerte abrazo desde Gijón, Asturias. Lucho". Y eso digo yo también, que tus crónicas son estupendas. Te escribe desde Benalmádena, Málaga. Oliver Welden (poeta) 21 de agosto de 2010 ...................................................... Sobre "El corcoveo de los apellidos..." ¡Notable, muy bueno! Escribir sobre la configuración de su nombre, con esa transparencia en el decir es algo que se agradece, precisamente en un pequeño universo donde lo que más pareciera importar es "el nombre". Además, esas referencias a los escritores nortinos siempre son bienvenidas, pareciera que no siempre ellas abundan en la crónica y crítica nacional. Ernesto Guajardo (Valparaíso-15 noviembre-2010)

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